Chopard

24 mar 2022
Little Diamonds Do Great Things

El sueño de una niña hecho realidad

La historia de Caroline Scheufele es la de una niña que tenía 1000 ideas, un mundo imaginario de arte abstracto y garabatos que dio lugar a un cuento de hadas ilustrado con 1000 colores, un espectáculo con 1000 luces, joyas que brillan con 1000 fulgores… Inspirándose en viajes imaginarios y paseos familiares, sueños, pasiones, aspiraciones y recuerdos de su infancia, todo ha influido en la interminable creatividad de Caroline dando vida al emblemático y articulado Happy Clown y trastocando los códigos de la Casa Chopard a través de una Happy story que lleva a los espectadores de vuelta al encanto de su propia niñez.

El alma creativa de Chopard

Hoy en día, mencionar el nombre de Caroline Scheufele es evocar el alma creativa de Chopard. Apasionada del dibujo desde muy pequeña, y digna heredera de una familia de relojeros, creó su primer reloj utilizando unas hojas de papel de aluminio. A Caroline le fascinaba el mundo del circo y se divertía recreando sobre el papel las pelotas del malabarista y la pícara alegría de los payasos que tanto le gustaban dibujando dentro de sus barrigas unos diamantes de colores que saltaban y botaban sin cesar. Su padre, Karl Scheufele, vio aquel dibujo y en secreto decidió que sus talleres, que hasta entonces solo habían producido relojes, llevaran a cabo aquel diseño. Escéptico sobre la originalidad de la joya pero fascinado por aquella idea tan fresca e inusual, regaló la creación a su hija como prueba de su amor y con la esperanza de que aquello alentara su deseo de unirse a la empresa familiar.

De los happy diamonds a las primeras joyas de Chopard

Desde entonces Caroline nunca se ha separado de él. Pero la historia no acaba aquí. Personificando la Joie de Vivre, el colgante también fascinó a todos los que se encontraban a su alrededor. Durante una visita a los talleres, un cliente curioso se paró ante el payaso y, subyugado ante este personaje tan alegre y sumamente chic, pidió que le hicieran uno igual. Así, a partir de aquella extraordinaria pieza nacida del espíritu y la imaginación de una joven y del cariño de un padre por su hija surgió el payaso que resultó un best-seller y la primera joya de la Casa Chopard. Ante el aluvión de peticiones que se produjeron se produjo una serie que inmediatamente se convirtió en todo un éxito. El alegre payaso siguió fascinando a Caroline y a generaciones de jóvenes convirtiéndose en un afectuoso regalo de padres a hijas y en el símbolo de esta relación tan especial. Y de este modo, alentada por aquella atrevida iniciativa, Caroline se convirtió en el alma creativa de Chopard y con los años siguió ofreciendo interminables variaciones de su primera creación a través de una serie de colecciones de joyas.

¡Bravo por el payaso!

Y así, el Happy Clown, cuya historia es el testimonio de la admiración y el amor de un padre por su hija, se convirtió en la creación que mejor personifica el espíritu de Chopard, the Artisan of Emotions. Little diamonds truly do great things.