Una carrera de regularidad para coches históricos que atraviesa los paisajes únicos de las zonas más bellas de Italia, no hay ninguna parte de la 1000 Miglia que pueda describirse como "fácil" sobre todo porque esta carrera de 1.000 millas exige una concentración total y enorme resistencia física por parte de las tripulaciones y -en lo que respecta a los coches- la suficiente durabilidad mecánica para una conducción exigente y dura durante horas sin dejar de ser fiables.

Además de la resistencia, la táctica, la habilidad al volante y la determinación de sus pilotos, también es una carrera que se caracteriza por el entusiasmo y el espíritu de equipo así como por la apoyo del público y el ambiente omnipresente de la dolce vita italiana a lo largo de la clásica ruta de ida y vuelta de Brescia a Roma.