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Desde su fundación, la identidad de Chopard se ha transmitido de generación en generación. Una identidad que se ha forjado con el tiempo, también gracias a la aportación de cada miembro de la familia. En la actualidad, este espíritu familiar único es el que diferencia a Chopard en el sector de la Alta Joyería y de la Alta Relojería. Esto se plasma en cada paso que emprende, así como en las características de las que hace gala: la emoción y la generosidad.
Chopard se vale de su independencia para apoyar a oficios con un glorioso pasado y que son motivo de orgullo en el presente. La audacia creativa inagotable que distingue a la marca es fruto del apoyo a los artesanos y del impulso de la familia Scheufele. Una audacia que permite a Chopard allanar el camino para una nueva visión del lujo ético.
La familia es la esencia de Chopard, símbolo de su fundación, su historia y su presente: héroe y mensajero —pasado, presente y futuro— de la Maison. La familia Scheufele, sucesores de la familia Chopard, simboliza el mito de la fundación y la unificación de la Maison. Sus miembros ejemplifican la fuerza del vínculo familiar, la solidaridad y la capacidad de hacer evolucionar la firma de forma eficaz, duradera y coherente.
El espíritu familiar se refleja en el sentido de la tradición, pues la firma se ha mantenido fiel a sus orígenes a lo largo de toda su historia y con el paso de varias generaciones. El mismo espíritu determina la dimensión humana que impera en las relaciones de la firma tanto a nivel interno como externo.
Movida por una pasión inagotable por la belleza y la vida, Chopard transmite, a través del espíritu de la Maison y sus preciados artículos, una dimensión emocional única. Una emoción que conmueve tanto al portador de los objetos como al que los entrega. El placer y la Joie de Vivre son inherentes a la casa y a todas sus creaciones, que desprenden una perpetua energía positiva que acompaña a los clientes en los momentos más importantes de sus vidas.
El reconocimiento del valor personal intrínseco, o asociado a otras personas, se representa mediante el corazón, el motivo icónico de Chopard, protagonista indiscutible de la colección de joyas Happy Hearts y símbolo de la política filantrópica activa de la firma. La benevolencia, el altruismo, la positividad y la generosidad sin duda contribuyen a la mentalidad abierta de Chopard y el afán por ampliar su esfera de influencia. Más allá de su historia, la Maison se rige a diario por el compromiso de seguir generando todavía más emociones.
Para Chopard, el auténtico lujo es sinónimo de Ética, así como de responsabilidad social y medioambiental en todas las etapas de la actividad y con respecto a los empleados, proveedores, clientes y, por supuesto, el planeta. El enfoque ético de la Maison implica el control del origen de las materias primas y los métodos de producción —algo que es posible gracias a su completa independencia y la integración vertical—.
En el marco de su política de Responsabilidad Social Corporativa (RSC) y su «Viaje hacia el Lujo Sostenible»; la colaboración con la Alianza por la Minería Responsable (ARM); el uso de Oro Ético; la colección Green Carpet; la certificación del Responsible Jewellery Council (RJC) para la propia Maison y sus proveedores; la adhesión al Proceso Kimberley; el certificado Minergie, etc.
Chopard es una de las firmas pioneras en este ámbito y, por consiguiente, demuestra su concienciación e implicación en la lucha contra problemas medioambientales y sociales. La Maison trata de concienciar a los clientes con respecto a los retos del lujo responsable y anima a la profesión a replantear los criterios de selección de materias primas y de producción.
Su cesta está vacía.